viernes, 19 de noviembre de 2010

A la Balanza

Capitulo siete


Lo miré y le besé la frente. Teníamos que pasar a esa etapa tan odiada por mí; hablar de lo sucedido. ¿Por qué las cosas se tienen que hablar y no dejarlas pasar?. Sabía que ese era el paso y de una manera media extraña, me daba inseguridad, era algo como estar desnuda frente a alguien sin conocer, sentí pudor, pudor porque mi alma y mi corazón tendría que desnudarse era explicar los sentimientos que surgieron, o que siempre han estado. Se sentó en la cama y me dijo la típica frase trillada, pero que encontré tan romántica en ese momento: “fue maravilloso… te extrañaba tanto. No ha existido mujer que me haga sentir lo que tu me haces sentir…”. Ahí me pregunté ¿Qué era lo que realmente quería?, no le dije nada. “Isa, quédate conmigo, no te vuelvas a Madrid…”- no le contesté- “casémonos, estemos juntos, seamos lo que nunca pudimos ser…, no quiero que volvamos a estar lejos…”- me miró fijamente a los ojos, como tratando de interiorizarse y descifrar lo que pensaba- “dime ¿que dices?- otra pregunta que no quería responder, en realidad no sabía que responder. Sentía que lo quería, y que siempre lo he querido, pero por otro lado, ya no lo conocía, ya no sabía de él, solo pequeñas fracciones de lo que hizo en estos años, él no sabía de mí, pero el pasado que tuvimos juntos es lo que nos marca. Un intento de asesinato al amor que nos teníamos, pero que no resultó. Él, aún me ama y yo no sé, no se que debo sentir. El pasado fue complicado y si bien cuando le dije que termináramos él no dijo nada, las cosas salieron mejor para ambos.
- no se que decir- respondí tímidamente.
- ¿Qué quieres?, eso quiero saber, ¿quieres estar conmigo, quieres ser nuevamente mi pareja y retomar lo anterior?, dame respuestas, dime algo para seguir creyendo que todo lo que hago tiene un fin- estaba muda, decir lo que quiero sería difícil y decir lo que siento, aún mas.
- La verdad es que tengo muchos compromisos en Madrid, y nos los quiero dejar, me ha costado mucho tener lo que he construido con los años, la posición que me gané por mi esfuerzo y la responsabilidad en mi trabajo me han llenado de satisfacciones que por momentos me hacen creer que estoy feliz, aunque sé que tengo el afecto acá, a los que realmente me quieren y quiero, pero la comodidad que me proporciona Madrid , no la obtendré acá.- Fue lo que pude responder, y sin ir mas lejos, era una realidad, no dejaría lo que tengo por volver, aunque pierda el cariño de él. Sé que lo quiero, y que por muchos años no lo he podido olvidar, pero ¿Vale la pena dejar todo lo que he logrado, por un amor que ha pasado hace tantos años y que no se si tendrá buen futuro?. Si todo termina ¿Qué hago yo?, ¿Cómo vuelvo a retomar todo lo que un día dejé?. Callé, solo lo miraba fijamente a sus ojos, como en otros tiempos, tratando de convencerlo de que tenía que tomar una buena decisión, que ya no era una niña tiraba todo por conseguir una cosa.
- Me voy contigo- me dijo, sin chistar y desdecirse, quedé inmutada por varios minutos, pensé en que podría ser una buena opción, pero…. Era difícil para mí, decirle que se fuera conmigo, tanto por la relación que mantenía con Ignacio, y porque en realidad no sabía que era lo que quería exactamente, no me podía explicar el sentimiento que surgía por él. Guarde silencio, él no volvió a repetir nada.
Esperaba una respuesta, y yo igual, necesitaba responderme, necesitaba estar clara. La confusión estaba presente y no tenia fuerzas para decidir lo que quería. Dividida, así me sentía, dividida por una historia y por una vida nueva.
En España, aunque no quiera admitir, tengo lo que necesito, y aunque sienta que no estoy enamorada de Ignacio, él es un gran aporte para mí, es mi compañero, en esta etapa de mi vida, es mi complemento, es lo que quise para convivir, es lo que elijo como ideal para mi. Si tengo que llegar a elegir entre una vida estable, satisfactoria y segura, a una vida de incertidumbres, inseguridades e indecisiones, me quedo con Ignacio. Pero aún así, no dejo de pensar en él, la pasión, el deseo, la necesidad, me las está ofreciendo él. Me está ofreciendo algo que aún no encuentro en Ignacio, seguridad emocional, será ¿que él me ama?. A veces siento que nunca sentiré amor por otra persona que no sea yo misma, y eso me confunde y me desorienta. Busco una perfección que no existe, busco a una persona que me entregue lo que quiera, pero que sea de verdad y sincera. Es difícil que piense que él no tiene imperfecciones, al contrario, es imperfecto; pero como no querer las imperfecciones que me llevan a la lujuria, su desorden, su espíritu aventurero extremo, sus gestos que no son de los mas deseados en la sociedad, su timidez que se complementa con la mía y que juntos no hacemos mucho. Me pregunto si lo que estoy sintiendo por él ¿es amor, o en realidad es un capricho? O ¿solo es la pasión y deseo que ya está satisfecho?.

Pasan unos segundo y vuelve a preguntar que es lo que quiero, sigo pensando sin poner los pies en la tierra y en la realidad que estoy viviendo. Lo miro como perdida en un mundo sin respuestas, lo miro como queriendo esconderme y no verlo mas, lo miro como observando a un gran ser que me está interrogando y no tengo las respuestas que quiere escuchar. Lo miro y no me canso de verlo y sentirlo cerca mío, pero reacciono a su pregunta:
-No se que es lo que quiero- le dije.
Un silencio ensordecedor, me miró confundido. Sus ojos comenzaron a llenarse de lagrimas, lo sentí distante, tenía preguntas y no las hacía, ¿qué mas iba a decir? Si no tenia respuestas.
-¿Cómo que no sabes lo que quieres? Y todo esto ¿qué fue?- me preguntaba desesperado .
-Es que hoy no te conozco, hoy no se quien eres, y eso me confunde. Te amé, amé al de antes, al que no le importaba nada lo que sucediera en el futuro, al que daba todo por conseguir lo que quería, al que soñaba con ser el mejor en lo que hacía, al que me amaba y lo demostraba, al que me buscaba sin cansarse, al que gritaba y cantaba cuando quería, al que me cobijaba cuando hacía frío o tenía miedo, al que antes no huía de los temores que sentía y me retenía cuando sentía miedo por algo. Pero todo eso me confunde, ya que no se si queda algo dentro de ti, y no se si de verdad quiero tenerlo otra vez. Y todo lo que ha pasado en estos días, no me lo he podido explicar, no se si fue por tu recuerdo, por todo lo que representaste en mi, por todo lo que me enseñaste, o de verdad fue por lo que eres ahora, en lo que te has convertido, por la experiencia que has ganado. No tengo respuestas. Solo tengo preguntas que no se darle respuestas.
Le tome las manos, las tenía frías y sudorosas, yo temblaba, baje la cabeza y la apoye en su pecho, comencé a abrazarlo lentamente, como un imán, me sujetó fuerte a su pecho, me envolvió entre sus brazos. Era como si no quisiera que lo soltara.
-Discúlpame por no ser clara con lo que siento, disculpa por no tener la respuestas que esperabas, disculpa por darte ilusiones sin siquiera saber si yo las tenía.- creo que con eso volví a sentenciar la muerte de algo que pudo ser y no fue.
Me soltó sin decir nada, se vistió, me miró por ultima vez, y sus ojos denotaban tristeza, amargura y dolor. Caminó a la puerta y dijo: “Ojalá que no te arrepientas de lo que acabas de hacer...... yo estoy arrepentido por haber escapado hace años, pero no me arrepentiré de lo que haga de ahora en adelante........ te amo y no lo niego”. No lo retuve, lo dejé ir.
Lo miré por la ventana, y como años atrás no tomé las decisiones que inquietan a mi corazón, como es de mi maldita costumbre, dejo que las circunstancias de los actos afecten mi vida y eso me ha dejado tranquila. Él tampoco me ayudó, solo se fue, me dio el camino mas fácil, el que estoy acostumbrada a tomar; el olvido de lo sucedido, el volver a Madrid sin pelear por lo que quiero. Y sus palabras seguían resonando en mi cabeza, si me arrepiento no podré hacer nada.

Mi plazo se había cumplido, tenía que volver, tenía que dejar todo lo que quiero para regresar a un país, que si bien me a brindado satisfacciones económicas, no lo ha logrado al máximo con los afectos, aunque tengo grandes amigos allá, no es lo mismo que estar con los que me han visto crecer en toda mi vida.

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