martes, 17 de marzo de 2009

CAPITULO DOS; EN SILENCIO


Nostalgia del pasado



Los recuerdos de mi infancia van vienen, algo así como flashes en mi mente y me dejan vagando por minutos, en un viaje infinito de colores y música, que fueron siempre mi inspiración. No recuerdo bien cuando fue la primera vez que tuve las agallas para bailar en publico, creo que fue en el colegio y no por una voluntad que me inspiraba tal confianza que lo haría bien, mas bien un interés de satisfacción por ser la niña de la casa, aquella que es medio artista, un conglomerado de aficiones que me llenaban en toda su plenitud. Bailé, no recuerdo si lo hice bien, pero todos los años en septiembre justo para el cumpleaños de chile, así me enseñaron, bailaba en los concursos de cueca que organizaba el colegio. Mi alegría se notaba, me gustaba sobresalir en todo lo que hacia. Y los premios no eran una fuente de mi inspiración, mas bien el reconocimiento de la gente.

Obtenía siempre uno de los tres primeros lugares.

Luego evolucioné, creo que de una manera paulatina, comencé a conocer otros estilos musicales, mas populares, juveniles, en mi casa siempre se escuchó un sin fin de grupos, folclórico, latinos, anglo clásico, rock and roll y muchos mas, me gustaba recostarme bajo un sillón a escuchar la música que tanto me atraía, empecé a crecer y mis gustos variaban . Y junto a mis amigos formábamos grupos y pasábamos horas ensayando diversas coreografías para presentárselas a nuestras mamás .Organizábamos todo; la ropa, la canción, las posiciones en las que saldríamos al supuesto “escenario”, las presentaciones y mucho mas. Nos gustaba expresarnos por medio de aquellos ritmos, siempre fue así.

Recuerdos como estos son los que me dan una fuerza enorme para buscar la felicidad, en aquellos tiempos fui feliz, y aunque sigo aseverando que para mi la felicidad es momentánea me gusta cuando encuentro aquellos instantes que me hacen creer que alguna vez en mi vida lo seré para siempre, aunque no sea así. El hecho de pensarlo me proporciona una adrenalina satisfactoria en mi, que me vuela al mundo de los sueños y deseos que tanto anhelo cuando estoy sola.

Ignacio llega cansado de sobremanera los jueves, entra con cuidado, sigiloso, para no molestar mi tranquilidad y mi disfrute de la casa a oscuras con música romántica. Me entiende y me deja ser. Solo un beso me aterriza de las fantasías que imagino, un beso de saludo, de los que se reparten durante toda tu vida, de aquellos que pasan inadvertidos, solo son un “hola” y nada más. No digo nada, me gusta que sea así, un respeto por los espacios. Se va a la pieza y se acuesta, se que me esta esperando para conversar, de lo que sea, de política, economía, del país, de él, de mí….

Yo sigo en el living, sentada en el suelo con una copa de pisco sour, me encanta el pisco sour, es un goce constante el beberlo sin control, lo disfruto como uno de los placeres mas agradables que mi cuerpo y mi mente pueden desear, algo así como el cigarro, aunque sé es una adicción, un asesinato de mi cuerpo, pero que gozo a concho. Pienso en todo y busco soluciones a los problemas que me aquejan y cuando estoy melancólica, como creo, es una costumbre, escribo, descargo mi sentir en un papel que llevo conmigo en silencio y a escondidas.

Como a las 11 de la noche, me da sueño y apago la radio, guardo y dejo todo limpio y me voy a acostar. Es el tiempo de Ignacio. Corresponde no lo veo en todo el día. Regaloneamos un rato, me abraza, de esos abrazos que te hacen sentir protegida, de aquellos que no quieres que te dejen. Planeamos el futuro cercano, ese diario vivir, lo que haremos el fin de semana, pero no visualizamos una vida entera juntos, creo que por mi parte se nota que mis sentimientos no son tan fuertes, o en realidad si lo son, y yo no me he dado cuenta. No me molesta, a él tampoco, eso creo, nunca tocamos esos temas, ¿por miedo quizás?, ¿para evitar rutinas?, no se.

Me levanto a beber algo de agua. Camino descalza por el departamento, me gusta sentir el suelo directo con mis pies. Me paseo unos 2 o 3 minutos y vuelvo a la cama. Ignacio duerme, lo observo por unos segundos y me duermo.

Han pasado tres días desde que me junte con mis amigos, Y no he tenido tiempo para hablarles por teléfono, ¿creerán que soy ingrata?, pero no es así. Eso de estar visitando a los familiares me ha mantenido ocupada, pero siempre esperando el nuevo día para juntarnos. Pensaba en llamarle para el fin de semana y que, como lo habíamos prometido, juntarnos a beber algo en mi departamento, pero creo que lo tendré que posponer, me voy a visitar a otros parientes al sur. Mi madre quiere que la acompañe junto con mi hermano chico, unos pequeños primos e Ignacio. Quería juntarme con ellos, para otro día lo dejaré, los llamo y les explico ¿creerán que no quiero juntarme con ellos?, espero que no, y que entiendan que no es porque no quiero, sino que vuelve a primar en mi, el no puedo.

Nos vamos con Ignacio en el auto.



CAPITULO DOS: LIBRO INÉDITO

ESCRITO POR LAURA RIVAS

"EN SILENCIO" AÑO 2004

martes, 3 de marzo de 2009

RECORDANDO A UNA GRAN MUJER

A GLADYS MARÍN


(1942-2005)




La fuerza de tu espíritu
Te llevo a ser la que eras,
El valor de tu lucha
Te llevó a conseguir resultados,
Tu cosntacia en tu ideología
Te llevo a tener el respeto de muchos,
Tu amor por la vida y por los derechos
Te llevo a ser la que todos queríamos,
Tu imagen, tu fuerza, tu valor
Tu constancia y tu lucha
Nos queda a seguir.
Tu recuerdo y tus logros
Son los que en el futuro
Hará ver a los que estaban equivocados
Que eres una heroína de los derechos
Y que por cada batalla derrotada
Te hacía una mujer mas fuerte
Te parabas una y otra vez
Y con la frente en alto
Mirabas la vida y el camino
Que faltaba por recorrer.
Tu lucha ha terminado
Pero otros la seguiremos,
En memoria de lo que un día fue
Una guerra de verdad y amor,
Por el cual la justicia
No ha tenido resultados.
Ahora el juicio seguirá con mas fuerza
Y la lucha no cesará hasta que
La justicia es este país
Sea una verdad....


“Gladys: por siempre en la memoria y en nuestra historia...”












POEMA INÉDITO DEL LIBRO
"DESDE MI CORAZÓN"
ESCRITO POR LAURA RIVAS

lunes, 2 de marzo de 2009

“FEMINISTA POR VOCACIÓN DEMOCRÁTICA”

ELENA CAFFARENA
1903 2003





Tengo muchas razones para declararme feminista, pero tengo una historia que me incentiva aún más, para seguir mis ideales y lograr dar a conocer a las grandes mujeres que luchan día a día, por la libertad de expresión, por la voz de las mujeres, por el respeto que nos merecemos, por todo lo que representamos en la vida de ayer hoy y siempre. Una de las grandes mujeres que luchó fuertemente por la liberación y emancipación de la mujer en una época que era impensable, fue Elena Caffarena, Una jurista, de las primeras mujeres que lograron estudiar en el Chile de 1920, donde la mujer se dedicaba completamente a las labores de la casa y crianza de los hijos, ella, junto a un par de amigas, estaban en completo desacuerdo con la manera en que debían comportarse, en ese momento comenzó la lucha que duró mas de 70 años.


“Me rebelaba contra lo que se supone era el camino natural de las jóvenes de mi tiempo, que sólo pensaban en bordar, tocar el piano y esperar que un joven buen mozo golpeara su puerta"

Nació el 23 de marzo de 1903 en Iquique, cuando el salitre hacía resplandecer la ciudad y en la pampa imperaba una durísima explotación. Hija del empresario textil italiano Blas Caffarena Chiozza, fue la tercera de siete hermanos. Estudió en el Liceo de niñas de Iquique hasta 5º de Humanidades, luego de lo cual se trasladó a Santiago. En la capital continuó con sus estudios en el Liceo Nº 4 de Santiago, para ingresar, después, a la escuela de leyes de la Universidad de Chile
. Era una mujer muy hermosa, de hecho fue elegida Reina de la Primavera en las fiestas de los estudiantes de 1923. Pero eso no era lo que la satisfacía. Como estudiante de derecho, Elena Caffarena participó en trabajos de educación a obreros y obreras. Conoció a Recabarren y con su amiga María Marchant, estudiante de pedagogía, y fueron las primeras mujeres en incorporarse a la Fech. Se casó con Jorge Jiles, compañero de estudios y de ideales, con quien fueron una pareja de abogados siempre al servicio de los más pobres. Esos primeros pasos orientaron la acción de Elena Caffarena hacia la idea de la emancipación de la mujer, una idea global que tiene como objetivo último, el pleno desarrollo de la mujer en una sociedad democrática y justa. Obtiene su título de abogada en 1926 en la Universidad de Chile, convirtiéndose en una de las primeras 15 juristas mujeres del país. Ya en esa época se declaraba "feminista por vocación democrática". En 1935, junto a sus amigas de ideales, formaron el MOVIMIENTO PRO EMANCIPACIÓN DE LA MUJER CHILENA (MEMCH) Elena fue uno de los pilares de esta organización. "Nosotras queríamos una organización de lucha para obtener las reivindicaciones que eran indispensables para terminar con la discriminación de las mujeres, especialmente con la jurídica...".

En sus días de estudiante de Derecho, Elena se percató que las leyes mantenían a las mujeres como menores de edad y sujetas a la voluntad de padres y maridos. Fue una de las primeras quince mujeres abogadas que tuvo Chile. A lo largo de su carrera asumió defensas determinantes con relación a juicios de alimentos y sobre la capacidad de la mujer casada a disponer de sus bienes.

Sus amplios conocimientos de las leyes y de su audacia para proponer cambios radicales en el Derecho, la convirtieron en una adelantada para su época. "Mis estudios de derecho me convencieron de la inferioridad legal de la mujer", por eso una de las causas que defendió más apasionadamente fue el derecho al sufragio para las mujeres.

La primera propuesta de ley de sufragio la elaboró ella, pero esta demanda sólo se hizo realidad en 1949 durante el gobierno de Gabriel González Videla. La ceremonia de promulgación de la ley de sufragio femenino se llevó a cabo en el Teatro Municipal de Santiago, ceremonia a la que Elena Caffarena no fue invitada.

Tres días después de este acontecimiento, el gobierno le suspendió sus derechos civiles. Fue acusada de "ser comunista" y de instigar a la sedición. La "Ley Maldita", como se la llamó, proscribía al Partido Comunista quitándoles a sus militantes el derecho al voto. Esta medida fue injusta, ya que nunca adherió a un partido. Si bien su marido Jorge Giles era un dirigente comunista conocido, Elena no lo siguió en esto. Años después diría que se trató de una venganza, "porque yo había participado en forma muy activa en la campaña para obtener la libertad de las mujeres que se encontraban detenidas en el campo de prisioneros de Pisagua".
En los años ochenta, Elena Caffarena se vio obligada a desmentir la versión que otorgaba al Presidente González Videla el mérito de haber otorgado el voto a las mujeres. "Este aserto lo he leído varias veces y sería lamentable que pasara como verdad a la historia. El voto lo consiguieron las mujeres después de veinte años de duras y sacrificadas luchas. Don Gabriel lo único que hizo fue cumplir con el trámite constitucional de promulgación. El que éste se hiciera en el Teatro Municipal en solemne ceremonia, a la que no se invitó a las agrupaciones que más se habían sacrificado en las campañas, no puede convertirlo en el donante gracioso de esta sentida reivindicación femenina".

Como jurista, hizo importantes aportes. Entre los más significativos se encuentra un libro titulado "Capacidad de la mujer casada en relación a sus bienes". Allí sustentó una idea revolucionaria: "algo que debe ser vital y obligatorio para que exista el matrimonio y es la obligación de amarse. Sin esto la institución no puede ser realidad". Desde el gobierno del Presidente Aguirre Cerda, Elena se desempeñó como representante del gobierno en el Consejo Nacional de Niño, realizando durante 38 años una labor muy intensa en favor de los menores y sus familias. En 1974, el gobierno militar la separa del cargo que, por lo demás, había ejercido gratuitamente. En los años 80, dio una batalla en defensa de los derechos humanos, y su casa se convirtió en un lugar clandestino de reuniones de mujeres víctimas de la represión y fue una de las fundadoras del
Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (Codepu).

Si bien MEMCH, se disolvió en 1953, por razones circunstanciales, en 1983, en plena dictadura, un grupo de mujeres profesionales y activistas de derechos humanos y feministas decidió agruparse para iniciar un proceso de constitución de un nuevo movimiento de mujeres. Este grupo tomó el nombre de MEMCH 83, como una forma de rendir homenaje a la histórica organización.
En diciembre del mismo año, mujeres profesionales, periodistas, artistas, escritoras, militantes políticas, agrupadas con el nombre de "Mujeres por la vida" convocan a un acto en el teatro Caupolicán de Santiago, bajo las consignas "Hoy y no mañana", "Por la vida", "La libertad tiene nombre de mujer". A esta convocatoria se suman integrantes del Memch 83. Una parte de los preparativos de este acto se hizo en la casa de Elena Caffarena que, como en otras ocasiones, fue convertida en el centro de operaciones "con el peligro de que en cualquier momento vinieran a allanarnos", recordaba Olga Poblete. Al Caupolicán fueron cerca de 11 mil mujeres. "No dejamos entrar a hombres. Nosotras dijimos esta reunión va a ser exclusivamente de mujeres, y entonces los hombres que pudieron entrar fueron periodistas exclusivamente", contaba Elena.

Elena Caffarena y Olga Poblete, su amiga de toda la vida, además de su biógrafa, se mantuvieron activas muchos años más. Olga murió en 1999, pero se dio el tiempo para escribir la historia de su amiga que, bajo el título "Una mujer. Elena Caffarena", fue publicada en 1993. En sus últimos años Elena Caffarena se mantuvo silenciosa, recibiendo la visita de sus nietas, nietos y bisnietos. Falleció el 19 de julio de 2003

Biogafía
http://www.memch.cl/